jueves, 22 de mayo de 2014

El viento se levanta


No es la mejor película de Hayao Miyazaki, pero se puede ir con la cabeza bien alta. Aquí entran en juego el resto de sus films que son absolutamente maravillosos, y esta quizás sea la obra menos onírica de este gran maestro. 

Esta narración histórica muestra la evolución de la aeronáutica y los choques entre la cultura occidental y oriental. En esta persecución de los sueños Hayao sigue con sus trenes y sus contrastes entre fantasía y realidad.

Repleta de metáforas, críticas y belleza, el viento se convierte en protagonista de las ilusiones de un niño por cumplir su sueño, ilusiones que poco a poco se van convirtiendo en las del espectador. Sin duda, esta producción lleva el sello del estudio Ghibli, sus aparatejos, sonidos, movimientos y sonrisas hacen que disfrutes al máximo de las aventuras y desventuras narradas.

Siempre con un mensaje crítico y moralizador, estos films son complejos y encantadores, siendo siempre un gran referente en el mundo del cine y la animación, sobre todo en este último mundo, en el que se echa en falta cada vez más la mano del artesano.

Tiene planos impropios de los dibujos, que normalmente están reservados a actores y actrices de carne y hueso, es un cine muy adulto. El romance está latente y presente como nunca antes lo había narrado Miyazaki. Es una historia difícil de contar y dura de contemplar, pero eso no exime al público de disfrutar de un gran espectáculo.

Con un buen sabor de boca nos despedimos del maestro y le damos 4'5/5 puntos de cruz.