Una turbia historia que lanza su punto de mira a los medios de comunicación, mostrando la cara menos amable de la información.
Jake Gyllenhaal da cosica con esas pintas y esa cara de pasar hambre que no se le va, sino que crece y se hunde en la oscuridad progresivamente. Se gana la vida con empleos que le hacen arrastrarse de aquí para allá hasta que se topa con el periodismo criminal como opción para crecer y manifestar su pasión emprendedora. Comienza a adueñarse de la cámara en busca de material para vendérselo a las cadenas de televisión y el videoperiodismo se convierte más que en un mero punto de apoyo, en el sentido de su vida. Todos los personajes quedan bien definidos y el desarrollo se presenta original en todo momento con un claro planteamiento firme en la sátira y la perversión; sabe con seguridad donde dirigir al espectador para causar emoción y sobresalto.Nosotras hemos disfrutado y sufrido de la mejor forma que se puede uno imaginar. Una lastima que sea olvidada en los Oscar en categorías de reparto y dirección pues el novel Dan Gilroy ha sabido iniciarse de manera amenazadora y sobresaliente. Si acaso, lo único que puede chirriar es la banda sonora tan sosaina que tiene.
Verás el entramado que se mueve tras el televisor, mucho pampaneo, sangre y dolor, pero sobre todo verás una sociedad que no se aleja demasiado a la tuya.
Por todo lo visto le damos 4'5 puntos de cruz.
