La última entrega de la saga cuenta con menos personajes conocidos y con más historia. Una trama más compleja sirve de columna vertebral para una sucesión de gags más ordenados y una batería de cameos con sentido, convirtiendo a ésta en la mejor de la saga, o al menos, en la más compleja y agradecida de ver, con un humor algo más sano pero irreverente de igual modo.
Torrente sigue siendo Torrente, acompañado, en esta ocasión, de dos tipos igual de chungos, demacrados e intelectuales que siempre: Julián López, gran humorista que no se desenvuelve mal en la gran pantalla, y un no tan desubicado Jesulín, que consigue meterse en el papel (lo que creemos que no debe haberle supuesto gran trabajo) y hacernos reír.
Algunos de los otros tantos son Florentino Fernández, quien siempre tiene reservado su huequito, podrá caer bien o no, pero lo que es innegable es que su personaje le viene como anillo al dedo; lo mismo pasa con Carlos Areces, otro comediante aborrecible con otro papel hilarante y ejecutado sin pega alguna.Esta producción también cuenta con Anna Simón, que últimamente está hasta en la sopa, y desde luego que no será por su gracia y talento, y Angie ,que se piensa que es buena actriz y lo que hace falta es un buen cocido. Además de Cañita Brava, Josema Yuste, José Mota, Falete que recrea un momentazo, Pablo Motos, El hombre de negro, Fernando Esteso, Chiquito de la Calzada, Chus Lampreave...
Y, por supuesto, no podemos olvidar a Alec Baldwin, quien sorprende por su español y por su continuada presencia en el film.
Desde luego, no encontramos ningún motivo por el que no invitaros a ver esta buena comedia, que como siempre se dice: "para ser española, no es mala".
