Más conocida por todos los suecos como Hundraåringen som klev ut genom fönstret och försvann, es una comedia peculiar, hilarante y con desparpajo. Nos habla de "un abuelo que ingresa en un geriátrico, salta por la ventana y se larga", a pesar de que el salto no es gran cosa, y menos si lo comparamos con su vistoso y explosivo pasado y su arriesgado e incierto futuro.
A este caballero tan entrañable y de apariencia tranquila lo conocemos desde su primer llanto, y ya desde jovencito vemos que gracias a la ingenuidad que le caracteriza y ayudado de su mayor amigo, la Pólvora, se irá abriendo camino en disparatadas situaciones y conflictos de relevancia mundial. Como si de un falso documental se tratase, conocemos la relación que tuvo con los grandes dictadores (incluido Franco), mientras se desarrollaba la segunda guerra mundial donde se caricaturizan momentos y hechos históricos. Pero este film no se centra solo en las historias que los abuelos suelen contar a sus nietos sobre hazañas y desdichas de juventud, aquí se intercala el pasado para sustentar el presente de la historia desde que sale por la ventana. Un viaje incierto, con personajes divertidos, muertes grotescas a la vez que complacientes, una gran cantidad de dinero de por medio y matones de andar por casa.
Los cambios de tono son un fuerte en el guión, dejando momentos divertidísimos al compás de una BSO extravagante. La originalidad está de su parte en La 8 apellidos vascos sueca, no por la calidad, sino por la cantidad, ya que es la película revelación del año, que se ha convertido en la más vista del país.
Tiene mérito el trabajo realizado y lo bien que se desarrollan los 100 años que este abuelo lleva a sus espaladas por lo que no podemos darle otra cosa que unos merecidos 4 puntos de cruz.