sábado, 23 de agosto de 2014

Lucy


¡Ay, la Lucy esta que agresiva se pone por nada! A ver, lo pasa mal, a nadie le gusta que le obliguen a hacer de camello y menos cuando estás siendo títere de la mafia de Taiwan, pero yo que sé, tranquilízate un poco que desde que eres la viuda negra llevas unos aires de superioridad de cuidado.

El caso es que tanto Besson, como Johansson y Freeman, consiguen propinar una buena tanda de acción, disparos y reflexión a partes iguales con un equilibrio no tan compensado. La jugada le sale bien a Luc Besson, que ya en los 90 con el film Nikita dejó claro que las mujeres también tienen un lado salvaje y agresivo y que había que mostrarlo. Sus thrillers siempre han sabido combinar diferentes géneros con buenos resultados y en Lucy se atreve con el fantástico, que se compensa con hipótesis científicas sobre la evolución y nuestra capacidad cerebral.

 Quizás lo que menos nos convence es el modo de plantear la base de la trama, cuando la droga CPH4 llega a la protagonista en unas situaciones cogidas con pinzas. Bueno, y las peripecias físicas y de camuflaje que desarrolla Lucy a lo largo de la película parecen sacadas de Los ángeles de Charlie, más fantásticas de lo que pueden ser los efectos de esta droga. Aún así todo fluye, avanza y sorprende al ritmo de una Johansson competente y una combinación de imágenes de corte documental sobre comportamientos animales y acontecimientos humanos que están bien introducidas.

Una película movida y vistosa, que introduce guiños históricos como la presentación del primer homínido bípedo, de nombre Lucy, que se agradecen y crean ciertos simbolismos sobre la evolución humana hasta su máxima extensión. Todo quiere sorprender pero le ha faltado alguna vuelta de tuerca al desarrollo, ya que no encontramos ningún oponente a su altura que genere expectación.

Por todo esto y por unos narcóticos azules muy bonitos le damos 3 puntos de cruz.