Amigos de más es una película agradable, divertida y ya con la típica estética indie que están tomando las últimas producciones tomadas de la original 500 días juntos.
En cuanto a novedad, no encontramos ningún rasgo en su guión ni ninguna sorpresa en el desarrollo del dúo protagonista Radcliffe-Kazan. Bueno, una novedad es encontrarse a Daniel Radcliffe en una película alejada del lado oscuro que le dejó la saga Harry Potter. Hay que decir que se desenvuelve bien en la comedia y demuestra que es capaz de defender otros géneros con soltura, luchando por el amor en esta ocasión. Zoe Kazan, ya una asidua en este tipo de películas, resulta tan mona como esperábamos, pero sin ir más allá. La química y complicidad está asegurada entre estos dos grandes amigos que se conocen en una fiesta. Desde ese encuentro su relación se irá afianzando con conversaciones disparatadas sobre una variedad de temas más que amplia (cine, vivencias desastrosas, música, cocina, tonterías espontáneas,...), y una serie de situaciones cotidianas contadas con mucho encanto. Sus secundarios son el contrapunto a la normalidad de los protagonistas, son la dosis excéntrica y más alocada de la historia donde encontramos a Megan Park, Mackenzie Davis y Adam Driver (el futuro malvada en la próxima entrega Star Wars).
Grandes dosis de comedia romántica digerible y con sus correspondientes excesos de música en cada escena. Una película con momentos para el recuerdo, pero dentro de unos esquemas previsibles que hacen que le demos 3 puntos de cruz.
