lunes, 8 de septiembre de 2014

Jersey Boys


Aquí llega la ración de Clint Eastwood para este año, cargada de historias del pasado, llenas de melodías que nos sonarán, y con cuatro muchachos dispuestos a contárnoslas. Cuatro leyendas de la música americana que demuestran lo difícil que fue también para ellos llegar a lo alto, que el camino tuvo sus complicaciones y que los barrios bajos de Nueva Jersey era todo lo que tenían para materializar sus expectativas. Esas expectativas son conocidas por muchos, pero no lo que había tras esas sonrisas perfectas y esos bailes tan peculiares que levantaban pasiones entre gente de todas las edades. Pues bien, aquí está su historia, deseando ser descubierta y una vez lo hacemos, nos deja un tanto amodorrados.

Eastwood nos traslada desde los 50 a los 70, de hecho llega a romper la cuarta pared del cine desde el principio, pero sin éxito en el espectador. Sus personajes nos hablan e intentan camelarnos con sus pensamientos y argumentos, pero nosotros no queremos más de ellos. Precisamente lo que más falla es eso, el acercamiento de sus personajes a nosotros no despierta emociones ni gran interés. Todo se mueve siguiendo unas líneas muy correctas y bien entonadas a las puertas de algo grande, de algo realmente bueno.


Sus saltos argumentales y sus fallos en caracterización, hacen que sea fácil perderse en la línea temporal, algo que no ayuda demasiado. En cambio, los números musicales están bien realizados, hechos con cariño para no agobiar ni ahuyentar a los más recelosos del musical. De hecho todos ellos hacen un gran trabajo, destacando el dominio vocal de John Lloyd Young (que ya obtuvo su reconocimiento con un Tony a mejor actor de musical por el mismo papel en 2006), y el carisma de Christopher Walken. Los agudos tonos de sus voces acaban haciéndose un hueco en nuestro subconsciente al abandonar la sala y nos hacen ver que el éxito y el fracaso están cogidos de la mano; pero las escenas que acabamos de ver se quedan allí, se olvidan demasiado rápido.

Es una película menor en la filmografía de este gran director, pero aún así no es ni mucho menos una obra insuficiente, simplemente vacía de las grandes emociones a las que nos tiene acostumbrados.
Por todo ello te damos 3 puntos de cruz.