viernes, 30 de enero de 2015
Mommy
El proyecto más redondo del joven director donde vuelve a sacar a la superficie inquietudes maternofiliares que ya abordaba en sus inicios. Esta vez no es odio lo que arroja como vimos en su debut; aquí el amor ahoga a sus protagonistas y los lleva al extremo emocional. La historia nos sitúa en una Canadá ficticia donde se aprueba una nueva ley que permite a los padres cuyos hijos sean problemáticos a internarlos en un centro especial. Un desahogo para los padres, pero Diane, la madre protagonista, se niega a internar a su hijo y coge fuerzas para ponerse a la altura de las circunstancias.
Bajo ese turbio planteamiento se mueven los hilos de una familia con problemas de convivencia y que avanzan a fuerza de feroces enfrentamientos y melodías pop que todos conocemos. La música nunca llega a molestar y se vale como medio enfatizador de la personalidad del célebre Antoine-Olivier Pilon (Steve), anclado en el pasado que su madre una vez vivió.
Todo un triunfo para Xavier Dolan y su perfecta dirección. Juega con la proporción 1:1 cuando las cosas se muestran tensas, sin llegar a agobiar y donde encierra esas situaciones con un bello equilibrio que solo se rompe ante la libertad y bienestar del trío protagonista. La tercera integrante es una vecina que no puede evitar sentirse atraída por el costumbrista misterio que muestran madre e hijo y está dispuesta a ayudarles. Anne Dorval, Antoine-Olivier Pilon, Suzanne Clément son el equipo perfecto y no dejan de brillar con magnéticas interpretaciones dignas de más de una estatuilla.
Una historia dura y que por primera vez en un film de Dolan está dotada de esperanza. Nos alegra que hermano mayor solo se mueva entre nuestras fronteras porque merece la pena ver esta estoica aventura familiar que consigue encauzarse por sí sola.
Le damos 4'5 puntos de cruz.