Un viaje por áridos paisajes se abre ante nosotros en los que poder descubrir fascinantes escenarios naturales y a Cheryl Strayed, una mujer fuerte pero que necesita darse un tiempo para pensar y coger impulso.
Todo alejado de aspectos ostentosos se centra en un desarrollo manido y recurrente, que toma personalidad y un ritmo muy bueno. Todo se desarrolla como un cara a cara con el personaje de Cheryl (interpretada de forma sobresaliente por Reese Whitherspoon), un primer plano a su presente y pasado que a medida de su caminar por el Sendero de las Cimas del Pacífico se manifiesta en dosificados flashbacks algo típicos en su uso pero que acompañan bien la historia y se tercian, ante todo, necesarios; no como los que pudimos ver en el encuentro de Mr. Banks.
Duros caminos de gran belleza envuelven a Cheryl en su afanoso propósito de caminar en solitario esos 1600km de recorrido, en los que la emoción y el espíritu se liberan ante la discreción del planteamiento. El drama y la aventura están colmadas de energía y emoción para aliarse con excelentes resultados gracias a Jean-Marc Vallée, director de claras intenciones que ya el año pasado nos dejó asombradas con Dallas Buyers Club, y todo apunta a que volverá a conseguirlo a finales de año dirigiendo a Jake Gyllenhaal y Naomi Watts en Demolition.
Una huida hacia lo salvaje que la hacen merecedora de un hueco entre otros grandes títulos que incluyen el término en su título, como Hacia Rutas Salvajes (2007) o Relatos Salvajes (2014).
Por todo ello y por el mérito que debe suponer llevar tal mochila a cuestas,